jueves, 15 de agosto de 2013

El medio vaso…

Siempre es arriesgado aventurarse al análisis de un resultado electoral, sobre todo en una coyuntura tan complicada, como la que nos toca vivir. La última vez que lo intenté desde una publicación digital, luego de las legislativas del año 2009, creo no haber salido muy dañado. (Ver “Vientos de Cambios” en la columna “Hermeneuta” del portal www.nogoya451.com). De hecho, en esa editorial planteaba que, muy probablemente, la alternativa al oficialismo capaz de disputarle poder de igual a igual, saldría de sus propias entrañas. El tiempo parece haberlo  confirmado.
Las lecturas y conjeturas de los resultados de las últimas PASO del 11 de agosto, son infinitas. Como ha sido siempre, todo depende de la subjetividad del observador. El periodismo, oficialista u opositor, lee lo que a sus respectivos patrones les gusta escuchar y se cae fácilmente en exageraciones, mucha muy mal intencionadas. Pero voy a incluir en el mar de especulaciones, una personal gota de agua que no ha sido revisada por casi nadie, salvo por algunos pequeños medios del interior del país.
Supongamos por un momento que el electorado nacional, eso a lo que algunos periodistas gustan llamar “la gente”, ha evolucionado a la hora de emitir su voto y, por tratarse se elecciones legislativas (o sea: elegir Diputados y Senadores), decide no otorgarle el poder total a ninguna fuerza política en particular. Supongamos que el pueblo ha tomado algo de conciencia democrática y quiere darse un poder legislativo sin mayorías absolutas. Supongamos que la ciudadanía quiere que sus legisladores tengan que transpirar el traje a la hora de sancionar leyes, teniendo que salir a buscar quórum y consenso.
Este pedido de imaginar un supuesto, no viene traído de los pelos por quien escribe estas líneas. Viene a cuento de corroborar algo que muy pocos se han tomado la molestia de cotejar, porque, en buena medida, desdibuja la idea que se tiene de “perder o ganar”, en elecciones democráticas. El pedido se fundamenta en la comparación que debería hacerse del resultado de las PASO del 11 de agosto, y las elecciones legislativas inmediatamente anteriores, de julio del 2009.

Tapa del diario Clarín (Julio de 2009)


Comparemos números, descontando que será poco y nada lo que cambiará el 27 de Octubre. Comencemos con dos distritos claves y que gracias a los medios de comunicación “nacionales”, estamos familiarizados. Comencemos por la C.A.B.A. (Veremos los porcentajes para Diputados nacionales, aunque los que corresponden a Senadores no varían demasiado, para no mezclar y confundir):

Candidato                  Año 2009                       Candidato                  Año 2013
1° Michetti (PRO)         31%                             Bergman (PRO)         27,5%
2° Solanas  (P. Sur)    24,2%                          Carrió  (UNEN)           17%
3° Cerió (F.C. y S.)      19,3%                          Cabandié (FPV)          19%

Aquí tenemos un excelente ejemplo de la diferencia entre una elección legislativa y una de cargos ejecutivos: en 2009, Elisa Carrió obtenía el 19,3% de los votos; en el 2011 no llegó al 2%, y como vemos, el domingo pasado llegó al 17%. Otro dato destacable de esta ultima elección: Sumando todos los votos de UNEN, que tuvo internas con tres listas, se computa un total del 35,58%. En esta misma interna participaba, entre otros, Prat Gay que en 2009 obtuviera un 19%, y en esta última oportunidad queda fuera de competencia con el 12,8%.
Ahora comparemos lo ocurrido en la Provincia de Bs. As.

Candidatos                Año 2009                    Candidato                  Año 2013
1° De Narvaez            34,5%                          Massa                          35%
2° Kirchner (FPV)      32,1%                          Insaurralde (FPV)     29,6%
3° M. Stolbizer            21,4%                          M. Stolbizer                11,1%

 

Por último, comparemos lo que ocurrió en nuestra provincia:

Candidatos                   Año 2009                    Candidatos               Año 2013
1° Acuerdo Civ. y Soc.    35%                        Oficialismo                  43,3%
2° Oficialismo                     34,3%                    F.E.F.+ PRO                 21,7%
3° PRO                                 9.6%                        U.C.R.                           21.6%

Haciendo gala de mi instinto de paracaidista, me animo a ensayar algunas conclusiones: Las elecciones legislativas ya NO son comparables con las de cargos ejecutivos. Los que cotejan un resultado y otro, cometen un error. El electorado argentino reparte votos entre figura que NO vota para cargos ejecutivos y viceversa. También muchos tendrán que empezar a entender, de una vez por todas que,  en el sistema electoral democrático NO siempre el que junta más votos, necesariamente “gana”; el análisis político de un acto eleccionario, NUNCA puede ser matemático.
En definitiva, las especulaciones sobre los últimos comicios no escapan a la realidad polarizada que nos toca vivir, y el vaso medio lleno o medio vacío, a la hora de opinar sobre los resultados, es moneda corriente.

Y como el que escribe también tiene su vaso y corazoncito: ¡Excelente elección de la Izquierda en todo el país! 

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