jueves, 24 de octubre de 2019

El Joker y Chile

Santiago de Chile 2019
¿Cuál es la chispa que desata un incendio como el de la Amazonía? ¿Cuándo y dónde aleteó la mariposa que terminó provocando el huracán Katrina? ¿Cuál es la gota de agua que termina provocando la rotura del dique más grande? La suba en el precio del pan, terminó con Luis XVI y María Antonieta en la guillotina. La suba en el precio del boleto estudiantil en Chile, deriva en una pueblada, cuyas proporciones todavía no se sabe en qué terminarán.
Chile hace metástasis de tanto callar injusticias criminales. No solo nunca se juzgaron las atrocidades de la dictadura encabezada por Augusto Pinochet (1974 – 1990), sino que este asesino de lesa humanidad fue nombrado Senador Vitalicio por el gobierno democrático chileno en 1998. El golpe de Estado que se llevó puesto al gobierno democrático y la vida de Salvador Allende, fue instigado, financiado y dirigido por la C.I.A. para imponer en el país trasandino una política de shock económico neoliberal. Esa política económica que privatizó todo lo que era patrimonio de los chilenos, que produjo lo que en Argentina conocemos bien porque lo padecimos y padecemos, continuó ininterrumpidamente hasta estos días. Pero, al parecer, el pueblo chileno está diciendo basta.              

Santiago de Chile 2019
Así es, el país que todos los economistas neoliberales y la derecha tomaron como ejemplo a seguir para los países de Latinoamérica, se incendia. Y como era de esperar de un gobierno neoliberal como el de Sebastián Piñera, que solo ven los conflictos sociales como un asunto meramente policial, mandó a los Carabineros a hacer lo que mejor les sale desde Pinochet hasta ahora: reprimir indiscriminadamente, torturar y matar al pueblo.
Mientras se desataba esta situación en Chile, tuve la posibilidad de ver la película “Joker”. ¡Tremenda obra maestra!!! Un thriller psicológico magistralmente actuado por un Joaquin Phoenix intratable, y retratado de manera soberbia por Todd Phillips. Si no la han visto, se las recomiendo y, seguramente, se preguntarán qué tiene que ver con Chile… ¡Mucho!!! Tranquilos, no pienso “spoilearles” la película…
Pero antes, retrocedamos hasta el excelente filme “Batman: el caballero de la noche” del año 2008, de Christopher Nolan. Ya en aquella superproducción hubo muy buenos intentos de realizar algún tipo de crítica social, difuminando esa supuesta línea que separa a los buenos de los malos. De muchos detalles que se podrían señalar, me gustaría detenerme en uno que pasó casi desapercibido. En uno de los pasajes, Alfred (ese señor mayor cuyo único motivo para seguir respirando es servir a sus amos multimillonarios) le cuenta a Bruce Wayne una anécdota para que entienda, según él, el carácter irracional de las acciones del Joker:

Alfred (Michael Caine) y Bruce Wayne (Christian Bale)

Alfred: Hace muchos años viví en Birmania. Mis amigos y yo trabajábamos para el gobierno que quería comprar la lealtad de los líderes tribales, sobornándolos con piedras preciosas. Pero sus caravanas estaban siendo asaltadas por un bandido, al norte de Rangún. Así que fuimos en busca de las piedras. Pero pasaron seis meses y no encontramos a nadie que estuviera negociando con él. Un día vi a un niño jugando con un rubí del tamaño de una mandarina. El bandido las estaba tirando…
Bruce Wayne: ¿Y para qué las robaba?
Alfred: ¡Oh! Pues, porque si… Porque hay personas que no buscan algo “lógico” como, por ejemplo, el dinero. No se las puede comprar ni amedrentar, ni se puede negociar o razonar con ellas. Algunas personas solo quieren ver arder el mundo…
Bruce Wayne: ¿Lo atraparon?
Alfred: Si…
Bruce Wayne: ¿Cómo?
Alfred: Quemamos el bosque entero…
Esta secuencia dura poco más que un minuto y medio, pero deja mucha tela para cortar. Primero déjeme aclarar que el personaje de Alfred es de origen británico y el gobierno que le pagaba para sobornar, no era otro que el inglés. Gobierno que sometió, bajo dominio colonial, a Birmania hasta 1948… Dicho esto, las acciones de aquel “bandido” birmano toman otro sentido… ¿Verdad? Pero lo que me parece más interesante de destacar del relato de Alfred, es la absoluta incapacidad de entender otra lógica que no sea la del dinero, la lógica capitalista. Y es ahí donde radica, gran parte de la fascinación que provocan personajes como el Joker. Es incomprendido por TODOS, y no solo porque es un psicópata, sino también porque, tanto los supuestos buenos como sus pares, los supuestos malos, responden a la misma lógica que responden Alfred y el bonachón de Bruce. Pero el Joker no hace lo que hace para ganar dinero. Son otras cuestiones las que lo motivan. Chapeau para la interpretación de Heath Ledger.

Heath Ledger en la piel del Joker
Ahora, el Joker de Joaquin Phoenix y Todd Phillips se zambulle de cabeza en el chiquero de la sociedad actual. Ambientada entre los 70 y 80, nos da una pista de que la chispa, la mariposa o la gota de agua que desata la pesadilla de los privilegiados, puede ser un hombre común sin nada que perder, empujado a la esquizofrenia y a tocar fondo, que ni siquiera se lo propuso. Nos insinúa que el terror de las minorías dueñas de todo, puede tener cara de payaso.

Joaquin Phoenix y su versión del Joker



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