(Por Felipe Ignacio Díaz)
Cuando Alejandro Magno se adentró
con su ejército al este, en el Imperio persa y más allá, una de las primeras
cosas que notó fue el grave error de su admirado maestro Aristóteles, que le
había inculcado que aquellas tierras eran habitadas por bárbaros incivilizados,
que tenían abominables costumbres. Lejos de eso, Alejandro se topó con una
civilización digna de admiración y respeto.
La imposición de la “otredad”, de
un enemigo bárbaro, incivilizado y que desate el miedo en el “nosotros” que
siempre simbolizará el bien, la civilización y el progreso, ha sido
imprescindible para todos los imperios y civilizaciones con necesidad de
imponer su verdad como la única posible y deseable, y Aristóteles lo sabía muy
bien. Los romanos lo perfeccionaron y los españoles lo pusieron brutalmente en
práctica cundo se apropiaron del nuevo continente, a finales del siglo XV.
“Primicapienti de res nullius” es el principio romano que los españoles tomaron
prestado y que significa algo así: “el que llega primero, tiene derecho a
adueñarse de algo que, supuestamente, no tiene dueño”. Por supuesto que, lo que
llamaron América, no tenía dueño porque, para los habitantes originarios, es la
madre tierra la dueña de todos nosotros y no al revés. Pero esos
infrahumanos que no conocían la
propiedad privada y que no eran cristianos, pasaron a ser los “otros” salvajes,
incivilizados, bárbaros que había que someter, esclavizar o exterminar.
Es por eso que le propongo al
lector el ejercicio de desprendernos de esa lógica impuesta por los
“conquistadores” españoles, y que tengamos, aunque más no sea en estas líneas, una
visión mucho más amplia y desprejuiciada del maravilloso y enriquecedor arco
iris terrestre que conformamos entre todos. Que tengamos por seguro que no hay
que temerles a las diferencias, sino respetarlas y aprender de ellas, para enriquecernos
como seres humanos.
Victoria Villalba está radicada
en Villa San Marcial, una pequeña localidad ubicada en el corazón de la
provincia de Entre Ríos, de poco más de 600 habitantes, a mitad de camino entre
Basabilbaso y Villaguay, transitando la ruta provincial Nº 20. Por el viejo
andén de la estación “Gobernador Urquiza” de San Marcial, pasa el ferrocarril y
pudimos ver un puñado de potenciales pasajeros, sentados a la espera del
trasporte. “Preguntá por Vicky”, me había dicho en un mensaje telefónico, y así
lo hice en el correo, donde me indicaron que vive a las afueran, como yendo a
Santa Anita.
Andén de la estación Gdor. Urquiza, Villa San Marcial |
Nos recibieron Delfina y su bebé
Ramón, hija y nieto de Victoria, que nos hicieron pasar al living de la casa,
mientras nos comunicaban que nuestra anfitriona se apersonaría unos instantes
más tarde.
Victoria entra, saluda y pone una
manta oscura, con guarda pampa, en el piso. Sobre ella, un puñado de semillas,
plumas de distinta variedades de aves y una piedra de cuarzo, del tamaño de una
bocha, quebrada al medio.
Victoria: Esto es un cuarzo. Esta piedra es de Salsipuedes (República
Oriental del Uruguay) Delfina (su
hija) le sacó una foto, y esto era violeta.
Cuando llegamos acá, cambió de color…
Salsipuedes es el lugar donde se
produjo el ataque sufrido por Charrúas, en la República Oriental del Uruguay, el
11 de abril de 1831, por parte de tropas gubernamentales al mando de Fructuoso
Rivera, a orillas del arroyo Salsipuedes Grande, afluente del Río Negro. En el
ataque murieron, según fuentes oficiales, 40 charrúas y 300 fueron tomados como
prisioneros, algunos de los cuales lograron huir. Entre las tropas oficiales
hubo un muerto y 9 heridos. El hecho es frecuentemente referido como punto
culminante del exterminio o genocidio del pueblo Charrúa.
Monumento en Salsipuedes |
V: Pertenezco a la Nación Charrúa, a la Comunidad Pueblo Jaguar de
Villaguay. Tengo dos mil doscientas sesenta lunas, o 43 años. A lo único que le
tengo miedo… (Piensa) No es miedo,
sino que cuido, son los pies y las manos, que son los que hablan de mí… Podemos
hacer desastre con ellos, pero son mis únicas herramientas y es lo que muestro.
Por esa razón me pongo anillos. Son una herramienta porque son parte en lo que
atiendo, son parte en lo que recibo y el adorno en mis manos es para poder
hablar, nada más… Uso tobilleras también para adornar mis pies, porque son los
que me mantienen y son los que reciben la tibieza de la madre tierra. Es la
energía… (Continúa explicando)Es
porque todo en esta tierra, todo lo que está sobre ella, le pertenece. Nosotros
no somos los dueños. Tampoco somos los antiguos dueños. Sino que somos parte de
la trama sagrada y tomar esto (por la piedra de cuarzo) como propiedad de uno… no es que una sea una mala persona porque la
traiga y la saque de su lugar, pero ella siempre perteneció ahí. Las semillas (Que
puso sobre la manta) son por la sabia
que tomamos, porque nosotras como mujeres, somos fuentes. Las plumas son porque
tenemos que tomar la visualización de las aves, de tener a nuestros hijos
cobijados hasta que se sepan defender. Esta es una pluma de “charito”, ñandú
pichón (señala una de las plumas que penden de su oreja) porque el Charrúa vino del sur detrás del ñandú, del “Choique”. El ñandú, cuando pisa, marca la cruz del sur
en su huella, y ellos se guiaban siempre por la cruz del sur, dejándola atrás.
Por eso hay similitudes con el Ranquel, el Tehuelche…
Victoria Villalba habla en un
tono y un ritmo que transmite paz y tranquilidad. Tiene el cabello entrecano y
llamativamente corto. “Y eso que ahora
le creció un poco…” Nos dice Delfina con algo de alivio. Después nos
enteraríamos el porqué de tan drástica determinación capilar.
¿Cómo supo que era Charrúa?
V: Desde siempre… Cuando mamá y papá nos dejan a cargo de familiares,
principalmente mi abuela. Toda gente del monte. Campos ajenos, pero siempre
vivimos en el monte. Tal es así que las propiedades esas se vendían y les
decían a los compradores: “Hay gente del monte adentro. No molestan, pero hay
gente adentro. Si usted quiere, la podemos sacar y ponerla en otro lugar, pero
siempre vivieron ahí y nunca hicieron problemas… ” Y bueno, siempre fuimos
gente del monte. Después, al tiempo de ir a la escuela que íbamos a “papear” (comer) más que nada, había que tomar parte para
el “Día de la Raza” y yo era medio indomable desde chica. Dos por tres me
mandaban al rincón y de espalda, porque era cualquier cosa lo que yo decía, no
coincidía para nada con la historia oficial.
Hay cosas y palabras que mi abuela decía y era muy sabia. Yo ya la
conocí ciega, y eso que yo la conocí cuando yo tenía ocho años, más o menos, y
ella pronunciaba algunas palabras (En idioma Charrúa), pero no delante de la gente. Principalmente ella era sola, siempre
descalza y pelo largo blanco. Ella pronunciaba palabras y pedía protección
siempre a la luna llena. Con el tiempo uno se va enterando cómo son estas
cuestiones, las protecciones y todas estas cosas. Y ella pronunciaba muchos “Guidaí”.
Era ciega y sin embargo no se perdía. Iba y hacía un fueguito y pedía
protección a las “Guidaí” por todos nosotros. Éramos un montón de nietos que
estábamos a su cargo.
Nunca nos faltó de comer. Comíamos una sola vez, eso si, pero nunca nos
faltó de comer. Y algo espectacular era que las tortas fritas. Mi abuela ciega
hacía el fuego (siempre el fogón afuera), estiraba la masa con las manos, con
el revés de la mano sabía si la grasa estaba a punto… ¡Nunca se le quemó la
grasa! Y muchas veces a una, mirándola, se le quema… Cuando hacía las tortas
fritas eran de los dos lados iguales…
Victoria Villalba |
¿Con su abuela vivían por acá, en
la zona?
V: No, vivíamos en la zona de Villaguay. Yo nací en Villaguay y me he criado en la zona de Lucas Sur
Segundo (Al noreste de la ciudad de Villaguay). Ahí es donde pasé mi infancia con mi abuela y con parte de la
familia. Parte de mi familia la creía loca a mi abuela. Si bien había
diferencia de edades con sus hermanos, los más chicos con otro padre, tenían
apellido y todo. Habían estudiado y mi
abuela no. Sin embargo ella siempre decía: “Ellos nos saben que son unos
bichitos de luz…” Y ella siempre repetía “mucha luz” o “dale luz”, y la llamaba
“Guidaí”. Guidaí es el nombre femenino del ciclo lunar. Los ciclos femeninos
son las noches claras y los ciclos masculinos son las noches oscuras (zobá).
Lunas más acá, digo lunas pero serían años o tiempo más acá, yo ya
estaba con el papá de mis chicos, le comenzaron a construir una casa en Jubileo
(Junta de gobierno ubicada al este de la ciudad de Villaguay, y a 17 km de
San Salvador), de material, y ella pidió
que su habitación conservara piso de tierra. Los nietos decían: “¡Cómo va estar
en piso de tierra!”. Le modificaron algunas cosas, pusieron su baño adentro, y
ella decía: “Me hicieron el baño adentro y no voy a poder ver más la lechuza.”
Claro, la escuchaban y decían que la abuela estaba “ida”, y para muchos de los
que la cuidaban, la abuela estaba “ida”. Y en una de esas, que la fuimos a
visitar para su cumpleaños… (Porque cuando le dieron el documento, ella puso
una fecha: el 26 de agosto. Supuestamente, al momento de fallecer, lo hace con
más de cien años) Ella se para y empieza a contar que a su primera hija la tubo
en el monte, que parió debajo de un árbol (Le tiembla la voz). Por supuesto que fue echada por su
padrastro que la había dado en préstamo (Como criada) a una familia de apellido “retumbante”. Y su primera hija es mi mamá.
Decía que era una bebé hermosa, cuya primara cuna fue un cuero. Se asistió ella
sola. Cuando llegó la noche, se la llevó a su madre, a escondidas de su
padrastro. Mi mamá no me la había contado a esto, esto me lo cuenta mi abuela.
De adentro (De la casa), la hija que
la cuidaba nos dice: “No le hagan caso porque está perdida…”
Su abuela nunca había hablado de
esto, hasta ese momento…
V: No… Y contó (su abuela) que
en la crecida de no sé cuándo, ella vivía al lado del arroyo Villaguay, y que
ahí, su mamá había escondido a su padre (Para que no lo llevara el ejército), que era un guaraní. Pero cuando su madre
se hizo de marido otra vez, con un señor occidental, no le permitió verla a
ella y sus hermanos.
Una noche fría, mi abuela se quería levantar, a tomar su matecito
galleta. La hija que la cuidaba le dijo que no se levantara. “¿No me voy a
poder levantar en mi casa…?” le dijo mi abuela. Le quiso llevar el desayuno al
otro día y le dijo que no iba a comer. “Tráiganme el enriado”, le dijo. El
enriado era el tejido. Ella tejía precioso.
¿Tejía en telar?
V: No, con crochet. Le habían enseñado la genta donde ella había estado
“prestada”, y tejía muy lindo aun siendo ciega.
“¡Pero no mamá, tapate que hace frío!”, le dijo la hija. “¡Pero, no voy
a poder enredar!”, dijo la abuela. Se
acostó, se tapó y en veinte días se murió… “¿No poder ser dueña de mi…?” Ella no estaba inválida y tampoco quería dar
trabajo.
Usted suele decir que a los
uruguayos les dicen Charrúas por Entre Ríos. ¿Nos puede explicar cómo sería
eso?
V: Cuando esto era “república” (Charrúa) y estaba todo unificado, las bandas (márgenes del río Uruguay) eran toda una sola cosa. En la República
Oriental del Uruguay son Charrúas porque pasaban acá. De allá pasaban para acá
y de acá pasaban para allá. No por ser nómade, sino por ser preservacionistas.
En consecuencia, nosotros no tenemos una “AbyaYala”, o sea: una América
pre-establecida. En el horizonte todo nos pertenece. No éramos “uruguayos” y
“entrerrianos”, o de la isla, o de la bajada, o de la subida, eso no existía.
Los límites vinieron después. Y, mayormente, los limites en la época que se
instaló el federalismo. Al imponer religión (en tanto dogma cerrado) ya no perteneces… Al imponer religión
tenés que estar al mando de… Lo ejércitos marcaron mucho ese límite y muchos (originarios) se escondieron. Acá, en esta zona, no es
novedad, quien hizo todo ese desastre fue el ejército. Más precisamente, con un
nombre específico: Urquiza. Los originarios eran carne de cañón. El que sí
trató de darles un espacio, en cuanto a que eran gente con alma, fue Artigas.
Él después, en el Paraguay, vive de los saberes de los pueblos originarios. Él
se hizo curandero y aplicaba la medicina Charrúa. En los ejércitos, a la hora
de curar al enemigo, a la hora de juntar los cuerpos y enterrarlos en una fosa,
eran los Charrúas lo que hacían eso.
En 1536 la invasión de la flota
española al mando de Pedro de Mendoza fue neutralizada por una “confederación”
de Guaraníes de Corrientes, Charrúas de Entre Ríos, Chaná-Timbúes de Santa Fe y
Querandíes de Buenos Aires. Eran 23.000 efectivos organizados militarmente y
bajo un mandato político claro. La consecuencia de esa acción fue la
neutralización de la mayor flota española enviada hasta ese momento a América.
La corona española tardó casi 50 años en intentar nuevamente el control del Río
de la Plata.
Trescientos años después, estas
mismas cuatro provincias firman el Pacto Federal en 1831, el cual sentó las
bases de la Confederación Argentina. Aunque mucho había cambiado la sociedad en
ese tiempo que de “india” había pasado a ser mestiza, tanto en objetivos como
en métodos y ámbito de actuación, hay una evidente continuidad entre ambos
hechos. Por supuesto que ya, a mediados del siglo XIX, prácticamente nadie se
enorgullecía de su linaje originario.
V: Nosotros (por los Charrúas),
en la actualidad no tenemos fluidez con el idioma, mezclamos un poco. Al
Charrúa siempre se lo asoció con la lechuza, porque las lechuzas tienen ese
concepto mugriento de que cierra un huequito y sabe esconder, y lo abre del
otro lado, y junta mugre. Y el Charrúa siempre juntaba, sabía juntar hasta el
enemigo (muertos o heridos en batalla)
para curarlo, lo escondía también. El perro siempre fue un gran amigo del
Charrúa. Se han encontrado restos de Charrúas con su perro.
Más allá de la similitud que tenemos todos los pueblos, mayormente el
Charrúa tiene mucho tacto y se maneja mejor en la noche, porque tenemos la
protección ya que, al nacer, somos ofrecidos a la gran Guidaí, a la luna llena.
Ella es la que nos da protección y nos cuida. Junto con los cuatro elementos
que nos dan y nos quitan, nosotros vivimos en relación… Para nosotros una
lluvia es bienvenida, un fuego es bienvenido, el agua, el aire, el viento, todo
es bienvenido para nosotros. Y eso es lo que sabemos aprovechar. Más allá de
que se nos enseñe, para nosotros no nos es desconocido. Nosotros nacemos con
unas determinadas cualidades que, por cultura impuesta, las vamos perdiendo.
Todos tenemos ese “instinto sabio” que después vamos perdiendo por cuestión
cultural. ¿Qué nos diferencia con los animales? El razonamiento, supuestamente.
Yo a mis hijos les enseñé, pero acá no podemos recolectar. Yo no puedo
recolectar medicina. Hay, poca, pero hay. Comer en el monte y enseñarles a los
chicos: comer el tala, el tas, el murucuyá, el caraguatá que también se come y
tiene fibra que se puede sacar, recolectar la chilca negra, pero en estos
tiempos no podemos por las fumigaciones. Mis hijos alcanzaron a conocer el
camachuí, que es la mejor versión del Charrúa: ellas trabajan en comunidad y defienden
todas, no como la abeja que trabajan para zánganos y una reina.
Políticamente se dice que en Entre Ríos no hay indios. ¡Ya estamos
mestizados! Pero hay una fuente muy grande y está en uno querer llevar adelante
esa lucha, o esa bandera, o defender el territorio… Territorio, ya nos quitaron
todo pero, el poder expresarnos, el poder decir que existimos, los pocos, o los
muchos que habremos. Somos muchos, pero es una cuestión ya establecida o
impuesta que: “Si sos cristiano, sos cristiano…” No podés ser impuro… Nosotros
no es que no creamos en dios, si en una fuerza superior…
No en el dios que quisieron
imponerles…
V: El dios que te ve impuro… Que porque te vea desnudo estamos impuros,
que porque somos pecado, o porque somos esto o lo otro. ¡No! Al contrario…
El hacerles desaparecer los
nombres, la raíces…
V: Exacto… Bueno: ahí está el error que cometió el ejército… Si bien hay muchas cosas que se están
perdiendo, hay mucha memoria. En las iglesias hay registros. Mayormente, no
ponían “nativa”. Los nombres más
conocidos en la actualidad son Guyunusa, Sepé… Guyunusa es nombre de mujer y
fue una de las que llevaron como zoológico humano, a París. Hace unos años los
trajeron.
A
la masacre de Salsipuedes asistieron varios centenares de Charrúas, convocados
por el Presidente Fructuoso Rivera y el ejército para conciliar diferencias,
ofreciéndoles integrar tropas de cuidado de la frontera. Hasta allí acompañó
Guyunusa a sus familiares e integrantes de su tribu. 1200 Soldados al mando de
Bernabé Rivera persiguieron y sentenciaron en el acto a 40 indígenas -según el
parte de Rivera, y "miles" según la historia oral- y tomaron a 300
prisioneros, entre los que se encontraba Guyunusa, a la que le fue arrebatado
su hijo, un niño pequeño del que no hay datos registrados. Los prisioneros
fueron llevados a pie casi 300 km hasta Montevideo, donde algunos fueron
vendidos como esclavos y otros permanecieron en cautiverio. Durante el año
siguiente a la matanza de Salsipuedes, Bernabé Rivera se dedicó a continuar con
el genocidio del pueblo Charrúa.
Guyunusa fue entregada al
director del Colegio Oriental de Montevideo, el francés François De Curel,
quien consideró que el contacto directo con sobrevivientes de una raza próxima
a su extinción despertaría el interés del público y los científicos franceses,
y solicitó al gobierno uruguayo autorización para el traslado a París en 1833. María
Micaela Guyunusa, Laureano Tacuabé Martínez, Vaimaca Pirú y SenacuaSenaqué, fue
la lista completa de “especímenes”. El grupo es conocido en Uruguay como
"los últimos Charrúas".
Monumento de los últimos Cahrrúas (Montevideo, Uruguay) Guyunusa es representada con su hijo en brazos |
V: Dicen que hacíamos una alfarería “barata”, pero había una razón. La
hacían precaria para poder trasladarse y después molerla. El agua se llevaba en
sacos de ortiga, o una calabaza, o de
caraguatá que se le ponía cera de abeja para que sea impermeable. Llevaban
enseres para el reparo, cueros para las chozas… Nada más… Las cerámicas
Charrúas son muy simples. Lo dibujos que hay son muy simples. Las cerámicas,
como eran parte de la tierra, se desarmaban y se devolvían a donde pertenecían,
solo se tomaba prestado. Mayormente se usó la calabaza. Lo mismo que el ritmo.
La música no es un ritmo negro (afro),
sino que es una monotonía, se toca con calabaza y otros instrumentos, y tiene
el sonido propio del corazón(ejecuta el ritmo con un tamborcito hecho de
calabaza). Yo me estoy haciendo esta
tambora y para ejecutarse tiene que ser “rezado”, quiere decir que, para
ejecutarse, tiene que tener fuego. (Le limpia una poco de polvo al
instrumento y comenta) Como en toda casa
occidental, hay mucha tierra… (Risas).
Esto (Señala lo que sería el parche de cuero del tambor) va al agua y se pone fuego. Un mayor me tiene que habilitar a mí para
que esto sea ejecutado.
Siendo grande, encuentro a mi papá, un señor muy conocido, descendiente
de Climaco Acosta (Atahualpa Yupanqui lo nombra en su milonga “Sin Caballo
y en Montiel”, por haberlo conocido en su paso por Entre Ríos). Mi papá es Blas Acosta, y comenta que su
papá (Abuelo paterno de Victoria)
era Charrúa que se hizo cargo de su mamá y sus hermanos, y que se casa con una
española: Doña Brígida Otero, una persona de alta alcurnia que ensañaba a
hablar: (Imita el acento español)
“Esta gente no sabe hablar con propiedad. Estas mujeres no saben entablar una
conversación.” Mi abuelo después se hizo alambrador y vivía en las estancias.
El idioma Charrúa no tiene más de sesenta palabras, por eso muchos no
lo consideran idioma. Pero el Charrúa no es de decir muchas cosas. No sé si se
dieron cuenta que, cuando entré, les dije “Jalaná”, que significa alegría o
risa. Según el contexto, porque no se puede hablar entra mucha gente, porque se
habla mirándose a los ojos, con humedad y con un tono determinado. Con cada
expresión el timbre es distinto. Contamos (números) muy despacio y como amanece (Teniendo de frente el norte, el sol
sale por el este, a la derecha, y se pone en el oeste, a la izquierda) Ahora estamos transitando una luna
creciente, a medida que va hacia allá (Del este al oeste, de derecha a
izquierda), va creciendo.
Llamativo una española que se
casara con un indígena…
V: Era llamativo, pero para mí “ya había cometido pecado”… Y ella lo
lleva a vivir a Buenos Aires para que sus hijas estudiaran. Ella enseñaba
protocolo y ceremonial. Mi abuelo fallece muy joven, según mi papá, de
tristeza.
Mi papá es, más bien, gaucho. Él es de defender al gaucho. Es el primer
animador que tiene la provincia, hombre de letras, historiador. Y mi mamá,
también la vi después de grande, muy católica, ella no asume su origen… Si bien
ella habla, pero como algo antiguo, de que su abuelita sabía decir… Pero esa
chapa de católica no se la saca nadie. Y, en cuanto a mis hermanos (tengo
hermanos por parte de madre como por parte de padre y somos como dieciséis),
somos solo dos los que abrazamos esta espiritualidad. Pero respetamos, como seres
únicos e irrepetibles. Cuesta… Yo vivo con un “occidental”, muy occidental, va
con reloj a todos lados, católicos…
¿Y su compañero ha respetado
siempre su elección?
V: Si… Es una novela… (Risas)
Cuando yo lo conozco al “vasco” (Oscar Leiva), él tenía fobia a las mujeres. Yo lo reté, pero lo reté mal: que
respetara porque había convivido, había tenido hijos, su mamá y todo… Nunca
pensé que esa mujer que después le iba a calentar los pies, sería yo… Yo vine
acá (San Marcial) a darle sangre a
un amigo de él. Él ya tenía su pareja, se la había presentado a su mamá y todo…
Ya hace más de 22 años, tenemos hijos en común… Compartimos 5 hijos y ocho
nietos…… Nuestros dos hijos varones están en el ejército… Él (por su
compañero) se dedica a los caballos. Se
define como gaucho, como domador, como jinete. Últimamente preparábamos yeguas
para polo entre los dos, o los tres, porque uno de mis hijos también
participaba. Yo soy “petisera”, y ahí te podes dar cuenta quien cuida a los
caballos. Pero casi nunca lo acompaño (a su compañero), porque a mí no me gusta el juego. Yo no manejo plata… Yo no estoy
acá por los bienes materiales… No hago futurología, pero lo que me toque… Y los
hijos no nos pertenecen, son todos grandes. Ya estoy como dedicada más a
mí…
En el living de la casa se
destacan varias fotos, de muy buena factura, de Don Leiva, “el vasco” como le dice Vicky, en acción sobre los baguales, y Victoria nos
señala que en algunas aparece uno de sus nietos adolescente, que también es
jinete.
¿En su trabajo con los caballos,
hay algo de su tradición o es occidental?
V: Si… Es una cuestión de los dos…
Un poco de todo…
V: El manoseo de abajo es “puño ancestral”, y el acariciar, y todas
esas cuestiones. Ya en manos de Oscar (Leiva, Su compañero) es otra cosa; con el vasco es otra
historia. Mi familia paterna siempre se dedicó a la mansedumbre india, incluso
viven de eso, de traer un potro, secretearlo, mandarlo al suelo y salir
montado, no a los corcovos. Eso siempre lo hizo mi papá y lo tratamos de hacer
acá. Pero el vasco, como es comercial… Como los caballos de polo. Y tenemos los caballos para prueba de
riendas.
Cuando yo le dije a Oscar (Leiva): (Vicky lo trata de “Usted”)
“Vamos a conocer a mi gente pero mire que viven en el monte… Allá hay mesa,
pero no comemos todos sobre la mesa. Los animales, allá son parte del patio y
de la casa. El perro, el gato, el loro, todos andan sueltos. Y no se asuste si
parece un zorrino, o una lechuza, o una gallina que esté sentada debajo de la
cama… Los pisos son todos de tierra”. “Si, vamos, todo bien… Si yo también me
crié en el campo…”, me dijo. Mi hija Delfina era bebé (Más de veinte años
atrás) y me pidió la mamadera. Delfina
no estaba acostumbrada y no quería acostarse en el suelo, ni con almohadón ni
nada, y como hacía calos nadie la quería tener a upa para darle la mamadera.
Entonces le dijo mi mamá que fuera a la cama. Se fue y volvió llorando porque
la había asustado una paloma que estaba en el respaldo de la cama (Se ríe). Al tiempo me dice el vasco (Don
Leiva): “Yo pensé que, como convivían
con todos esos animales, la cama iba a estar olorosa, y no, había sido gente
muy limpia…” (Risas) Claro: todo
esto, occidentalmente, es sinónimo de mugre… Nosotros teníamos, guachos en el
patio, hurones, zorrinos, chanchos jabalí, todo en un gran patio… A mi hija le daba de comer de mi boca y mis
cuñadas y mi suegra decías: “¡Cómo vas a hacer eso que le trasmitís la
bacterias!” ¡Ni que yo fuera un dragón
de Komodo¡ (Risas. Es una lagarto gigante que se alimenta, mayormente, de
carroña y su mordedura provocan infecciones letales) Pero es mi hija y nosotros (Por los Charrúas) tenemos esa visualización… De ser como las aves, por eso hay mucha
pluma. Hay semillas porque somos fuente…
Esto (señala un cuchillito envainado que está sobre la manta) lo traje porque me pasó un caso…
Por si los visitantes son
hostiles… (Risas)
V: ¡No! Porque esto, para mí, es una herramienta. Yo lo uso de “verijero”…
Inmediatamente caigo en la cuenta
de que en mi cabeza occidental, todo se puede transformar en un arma y en una
amenaza. Nuestra “civilización” naturalizó la violencia y la respira en todo
momento.
V: Me pasó, en Paraná, volviendo de la Universidad de Oro Verde, de dar
una charla. Cuando terminó, viste que seguís hablando, y te quieren tocar,
sacar fotos, y parece que te ahoga… Es mi sensación. No parece, pero soy tímida
y, a veces, le tengo miedo a la gente, a la muchedumbre. Entonces se me acerca una señora y me dice:
“Tengo el pasaje y falta media hora para que salga tu colectivo, y hace media
hora que está el remis esperándote.” Salgo descalza… Yo, mayormente, uso
vinchas con pelo largo… Los chicos, al recibirse, querían la foto y me hacían
teñir el pelo. Cuando terminaron las fotos, volví a mi cuestión natural, como
no sabía cómo sacarme la tintura, me corté el pelo, me rasuré la cabeza…
Retomando: cuando llegamos a la terminal de Paraná, me bajo rápido del remis.
Yo uso un chiripá y tenía puesto el “verijero” y la vincha. En eso, veo que
viene gente. Cualquiera al lado mío es grande, pero lo que venía era un ropero.
Dejos mis cosas y quiero ir al baño. Ir rápido, sacándome el morral y me empuja
en un pasillo oscuro que hay camino al baño, me estampilla contra la pared y me
dice que me saque el “arma”. “¡Identifíquese!”, me dijo. Dejo los bolsos y me
quiero agachar para buscar mi documento, me dice: “¡Sáquese el arma!”. Me
enderezo y le pregunto: “¿Qué arma?”. “¿De dónde es usted?”, me preguntó y le
contesté que soy de San Marcial. “¿Y dónde queda eso?”, me preguntó y le
contestaste que es del Departamento Concepción del Uruguay. Me agacho para
buscar los documentos en el bolso, otra vez me dice: “¡Sáquese el arma! ¿Usted
es entrerriana?”. Le contesté que si, que soy más entrerriana que el zapallo y
me preguntó: “¿Hacia dónde va?”. Le contesté que a Villaguay y me volvió a
pedir que me sacara el arma. Me vuelve a empujar porque cría que yo le estaba
tomando el pelo. Bajo el brazo y rocé el cuchillo con el codo. Ahí me di
cuenta… “¿Esto es un arma? Para mí es una herramienta pero bueno…”, le dije. “Déjela
e identifíquese”, me dijo. Guardé el cuchillito y la vincha en el bolso y quiso
saber de dónde venía yo. Le dije que de Oro Verde. “¿Y así?”, me dijo. Le dije
que si, que venía de dar una charla, en la facultad de Agronomía, sobre Pueblos
Originarios y le mostré un carnecito donde dice que pertenezco a la Comunidad
Pueblo Jaguar. “No sabía que había indios acá… Discúlpeme: “¿Me permite una
foto?”, me dijo. (Risas)
http://bioingenieria.edu.ar/bioinfo/noticias/charla-en-conmemoraci%C3%B3n-de-los-pueblos-originarios
V: Mayormente, siempre me vestí así, siempre con plumas, siempre
descalza… No por el hecho de que quiera llamar la atención. Para mí es natural
mostrar mis hombros… Mis hijos siempre se acostumbraron a esto, no les parecía
raro. Varias veces les han preguntado, siendo chicos en la escuela, que ese es
un tema también que debo agradecer, porque hay mucha gente muy cerrada. Tanto
Delfina como mi hijo Wilson (el nombre se lo eligió su papá), al tener su
primer sangrado y entrar en la adolescencia le di la libertad de que elijan…
Pero no es una condición que yo les impongo. Ellos ven como es mi actuar
diario, y a partir de ahí, que ellos puedan elegir y les fui pasando mi
conocimiento. Está en ellos que lo tomen o no…
¿La elección que usted les da es
saber o no de sus raíces?
V: Exacto… Ya en la escuela secundaria fui a hablar con el rector, de
que ellos no iban a usar, en las fiestas patrias y demás cuestiones impuestas,
la escarapela ni cantar el himno nacional. Mis hijos ya me lo habían preguntado
en la primaria, que porqué yo no cantaba el himno, o la marcha a Entre Ríos.
Eso se los expliqué y les dije que yo iba a hablar por ellos, porque respeto la
institución, porque es para formarlos. Cuando se empezó a establecer el “Día de
Diversidad Cultural” hicimos láminas, los acompañaba. Por un lado fue polémico
y por otro lado no. Por eso agradezco mucho a la escuela. A la escuela de acá.
(Por San Marcial)…
No debe ser fácil encontrar una
institución que respete esta elección…
V: En la primaria la escuela se llama “Gobernador Urquiza” y en la
secundaria “Entrerrianía”. Con todo esto, el rector se interesó. “Yo también
tengo raíces pero no sé cómo encarar…”, nos dijo. En el Senado Juvenil mi hijo
hizo un trabajo (año 2011). Ahí
presenta el trabajo de la “Identidad” y propone un “Día de la Mujer Originaria
de Entre Ríos”. Después se decepcionó, porque al ir los trabajos elegidos al
Senado Juvenil, se supone que beneficia a la provincia, pero benefició solo a
un pueblo. Igualmente le pidieron copia del trabajo, porque el mismo jurado, el
mismo Senado, no sabían que existen seis comunidades… Onkaiujmar de Paraná, Hue
Guidai Bera de Maciá, Ytu de Concordia, Comunidad Charrúa de Federal, Comunidad
Charrúa de Sauce de Luna y nosotros: Comunidad Pueblo Jaguar de Villaguay.
Hasta nos pidieron personería jurídica, supuestamente para poder tener algún
beneficio…
Honorable Cámara de Diputados
de la Nación
Trámite Parlamentario 92 (18/07/2007)
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO POR
EL OTORGAMIENTO DE LA PERSONERIA JURIDICA A LA COMUNIDAD CHARRUA, PUEBLO
JAGUAR, DEL DEPARTAMENTO DE VILLAGUAY, PROVINCIA DE ENTRE RIOS.
Firmantes: OSUNA, BLANCA INES.
Giro a Comisiones: POBLACION Y
DESARROLLO HUMANO.
(Copiado de la página de la
Cámara de Diputados de la Nación)
En una charla que usted dio,
comentaba que un artista había dicho que grabó con el coro de la Escuela Alternativa Charrúa Etriek, porque
ahora “está de moda”. ¿Podría comentar como fue esto?
V: Bueno… Él es un señor con el
cual yo he compartido escenario, porque en mi época de juventud fui bailarina.
No me han pasado los años, pero si los kilos, por eso dejé… (Risas) Este hombre hizo un trabajo, grabó con
alemanes y de otras nacionalidades. “Y como ahora está de moda, grabé con la
escuela Charrúa Etriek”, dijo en una entrevista radial. Esta es una escuela que
hace un trabajo bellísimo, pero es una escuela “alternativa”… Muestra al
Charrúa, pero no lo muestra francamente, a dos manos… Supuestamente tenemos gente
que nos representa en el I.N.A.I. (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) que nunca se contactaron con nosotros
para informarnos de sus actividades.
Estaba por ir a verlo al teatro “3 de Febrero” a este artista, cuando
se presentaba con este trabajo discográfico, pero me indignó tanto que dijera
eso por radio… La versión que cantaron es una rogativa. Me molestó que lo dijeran
mal y lo tradujeran mal. Pero bueno: si ese es su sentir, si eso es lo que
ellos sienten al cantar, si eso es lo que él siente… está bien, allá ellos…
Pero me tocó mal el hecho de que él es un eximio músico y que no se interesara,
que no se empapara en la consecuencia. Y ahí es como que quedé con Charrúa
Etriek… (Hace una mueca con la boca, apretando los labios y moviendo las
comisuras hacia abajo, en gesto de desilusión).
Victoria evitó cuidadosamente dar
el nombre de este artista. La canción se llama “Basqüadé", y aquí se puede
ver la interpretación en el teatro “3 de Febrero” de Paraná:
V: De los años que hace que yo integro la comunidad, que son bastantes
ya… Cuando mi hija Delfina iba a la escuela secundaria y a través de la escuela
que reconoció tener alumnos Charrúas. Y por un resarcimiento moral, ella
recibió una beca de estudios durante tres meses.
La comunidad Pueblo Jaguar esta diseminada en varios lugares. Sus integrantes están “desparramados” ¿No?
V: Para mucha gente, las comunidades actuales, no son vistas como tales porque estamos dispersos. Dispersos por el hecho de, además del genocidio, no poder hablar en voz alta y gritarlo a los cuatro vientos, de poder practicar con fluidez nuestra espiritualidad y estamos obligados por los tiempos que vivimos, por cuestiones laborales.
¿Y cuando tienen que tomar una
decisión, decidir una acción, cómo hacen? ¿Se reúnen?
V: Yo gozo del privilegio de
estar más en contacto con la tierra y la naturaleza. Mayormente, la gente de la
Comunidad Pueblo Jaguar vive en la ciudad. Algunos son abogados, otros son
profesores, etc. Si a mí se me hace difícil, que estoy acá en contacto con
animales y todo, para ellos es mucho más difícil poner los pies sobre la
tierra. Tengo el privilegio de no manejar plata y ellos continuamente están
obligados… Porque por más que planten en el fondo de la casa, o en un cajón, o
un departamento, se nos hace difícil. Por decirlo de alguna manera y sin
ofender a nadie, seguimos a la multitud. Los hijos de la mayoría tienen otra
actividad y se reconocen, respetan y
están con las manos y un pie en la comunidad, y el otro pie en cuestiones de la
religión. Porque hay testigos de jehová, hay evangélicos, católicos y es algo
con lo que se lucha constantemente. Como definidos y plantados, somos muy
poquitos. Por ejemplo: El jefe que teníamos, porque para trámites burocráticos
hay que tener un jefe, es profesor de una escuela primaria que está rodeada de
soja, y tiene que imponer los atributos como director porque el protocolo así
lo exige. Y uno está como partido porque, por cuestiones protocolares y de trabajo,
uno los tiene que hacerlos reconocer, tiene que hacerlos respetar, pero en su
profundidad uno se pregunta: ¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Por qué sigo al
occidental?
Acá, en mi casa con el vasco, lo único que respeto yo es el horario de
su comida, al medio día. Después, la casa limpia, todo… “Tenemos una casa,
vivamos en ella, no para ella…” Ese es mi pensamiento. Este no es el ámbito que
yo hubiera querido para recibirlos a ustedes…
Como Comunidad nos reunimos. Más precisamente, tratamos de no
involucrar nuestras casas ni nuestras familias. No tenemos un lugar, un espacio
propio. Siempre se elige un lugar público, mayormente es el balneario (De
Villaguay), o alguien consigue algún
permiso para entrar en algún campo y estar en el río Gualeguay, para estar y
fortalecernos nosotros. A veces el tema de los solsticios no los podemos hacer
por lluvias, o porque alguno tiene trabajo, o está con exámenes, o tiene
audiencia… Ocupaciones occidentales. Porque nosotros nos renovamos cada
solsticio y todo tiene su porqué: Los solsticios para los vientos, los
solsticios de verano, de otoño, de invierno; y en invierno es cuando nosotros
nos renovamos, junto con la madre tierra que se mete para adentro y quedan los
árboles desnudos Porque dicen que las raíces van buscando humedad; no, van
buscando la sabia que está profunda. Y ese es un momento en que nosotros
tendríamos que tener descanso.
¿Y las reuniones son solo a nivel
espiritual, o también se toman decisiones?
V: Si, si… Se toman decisiones… ¡Se chusmea también! (Risas) La personería jurídica la tenemos desde
el 2007, cuando fallece Rosa Albariño, que sale nuestro libro “Entre Ríos: La
gran isla charrúa”, con una ilustración, que era para repartirse en las
escuelas y después no sé qué se hizo. Se
ha querido imponer la educación bilingüe y con eso no estoy de acuerdo. Como en
el norte que se enseña Wichi con castellano. No es que no queramos o que
tengamos falta de voluntad. Lo que pasa es que nuestra espiritualidad no se
enseña rápido, no se puede enseñar matemática si tenemos una base de cuatro, no
se puede enseñar el contenido de la espiritualidad cuando tenés soja o con el
ruido permanente. Se necesita una internación distinta a lo que el chico está
habituado a leer, porque lo que nosotros enseñamos no se plasma en un cuaderno,
es vivencial. Porque en nuestra enseñanza va también la medicina, va la
racionalidad comestible. No es arrancar y coleccionar plantas y llevar a la
escuela, no. Porque también tenés que relacionarlo con las lunas, con los
solsticios, lo que está abajo y lo que está arriba, lo que tiene fruta y lo que
no tiene fruta. Te lo digo a grandes rasgos, pero es muy amplia la
consecuencia.
La bibliografía consultada para
esta nota le pertenece a un autor muy respetado en los círculos académicos.
¿Lo conoce a Juan José Rossi?
Profesor Juan José Rossi |
V: Un señor que vive de nosotros, pero no nos acepta a nosotros. Un
señor que no nos puede mirarnos a los ojos. Es un señor que me huye, no sé por
qué. Él no nos actualiza: “vivieron, vivían…” Tiene muchos datos pero no nos
muestra ni nos nombra en la actualidad; no nos incluye en la actualidad. “Las
comunidades eran las de antes, no las de ahora…” Como si nos extinguimos y lo
que hay ahora son mestizos.
Busca y saca un trozo de tela
circular, dividido en cuatro porciones iguales en tamaño, pero distinto color:
rojo, marrón, verde y azul. En cada una de estas porciones hay una inscripción.
Bandera Charrúa |
V: Esto va sobre una
base negra. Esto simboliza cuando el Charrúa gozaba de la plenitud, de cuando
se dividieron las tierras, tiempos de guerra cuando lo hicieron desaparecer y
la parte azul simboliza el resurgimiento. Esta es la bandera Charrúa.
Mucha gente dice que por
quéno nos damos a conocer, porqué no nos juntamos, porqué no peleamos… Porque
se está dando de esta manera… Hay apuro entre nosotros, porque hay viejos que
se están yendo…
Las cifras oficiales reconocen que un total de 676 personas de origen Charrúa
habitan en Entre Ríos. Pero teniendo en cuenta un estudio genético de la
Universidad de Buenos Aire del año 2005, que determinó que el 56% de los
argentinos tenemos antepasados
indígenas, deberíamos repensar cómo hemos construido la “otredad” en
nuestro país. Deberíamos dejar de sentirnos ajenos a las cuestiones de los
originarios, para empezar a sentir que somos la misma cosa. ( http://old.clarin.com/diario/2005/01/16/sociedad/s-03415.htm
)
No son una “moda” ni una “atracción turística”. No son
pasado extinto ni criaturas extravagantes dignas de ser exhibidas como
“curiosidad”. Están entre nosotros y en nuestra sangre. Son parte indivisible
de nuestra identidad.
Como tantas otras naciones originarias, los Charrúas fueron
sometidos, perseguidos, esclavizados, despojados, usados, maltratados, forzados
a ser extraños en su propia tierra y asesinados. Pero, como tantas otras
naciones originarias, el Charrúa sigue vivo en nuestra sangre, nos guste o no
nos guste.
11 comentarios:
Esta señora habla de una traducción de Bascuade que nunca fue hecha. Se cuida de nombrar al musico autor de las supuestas declaraciones y no tiene empache en nombrar y desilusionarse con Charrúa Etriek, dando por sentado que se hubiese estado de acuerdo con las declaraciones denunciadas –que desconocíamos su existencia y hahora viendo las actitudes de esta señora, dudamos de su existencia-.
Invitamos a los administradores de este blog a conocer Charrúa Etriek (Charruas Verdaderos), y proponemos un debate con los integrantes de Pueblo Jaguar y saquen ustedes sus propias conclusiones de la realidad charrúa de Villaguay.
Comparto lo expuesto en el comentario anterior y agrego: ¿que tiene que ver Charrúa Etriek con la representación de INAI?. Les recuerdo que nosotros no le seguimos el jueguito de la personería jurídica como si lo hizo Pueblo Jaguar. Habla de una mala dicción -y a mi no van a contar ellos como se gestó el rescate de la lengua charrúa, "nosotros estábamos ahí" al lado de Rosa Albariños y sabemos bien como fueron las cosas-, y de una mala traducción cuando nunca hubo traducción!!!! A nosotros no nos la van a venir a contar!!! Propongo un encuentro en las condiciones que quieran!!!!
A esto lo escribí hace un tiempo: “Nosotros estábamos ahí. Al lado de Rosita Albariños cuando su profundización en el rescate de la identidad charrúa era incipiente –ya era una experta y hacía mucho tiempo estaba en el tema de la identidad de los pueblos de Abya Yala todos (“América llama” es el mejor testimonio)-. Ahí, en persona, con el cuerpo y la mente, compartiendo el espacio y tiempo, estábamos. Había muchos, por vía telefónica –muchos-, y por el correo electrónicos -que era algo muy nuevo-, algunos. Pero ahí, compartiendo tardes casi cotidianamente éramos tres, cuatro, a veces cinco. En 1998/99, re estableciendo contacto a instancias de Cofradía, el proyecto de Ariel “Colita” Sanchez (ahí estábamos, siendo parte, compartiendo, siendo lo mismo); en 2000, con Alternativa Cultural Independiente y las presentaciones en La Estación; en 2001 (estábamos ahí, siendo parte, compartiendo, siendo lo mismo), en el primer encuentro pueblos Charrúa / Mapuches que contó con visita de Ignacio Prvafil –hoy Lonco, no lo era entonces-, y el Grupo Ahijuna de la ROU; en 2002 (ahí estábamos, siendo parte, compartiendo, siendo lo mismo), en el primer fogón de vigilia en Maciá, donde presentó “América llama” y fue la primer asamblea en un intento de conformar una comunidad con personería jurídica -que luego sería Pueblo Jaguar (ella había ido con un listado de personas que abalaban ese nombre, pero quienes estábamos ahí, personalmente, éramos nosotros, a quienes presento como “mi gente”)-. El mismo año, en la visita del grupo de la ROU Bascuadé Inchalá -por aquel entonces era un grupo- (ahí estábamos, siendo parte, compartiendo, siendo lo mismo), participando haciendo música, en su puesta en escena y sonido. En 2003, fuimos nosotros a la Facultad de Derecho de la UBA, al seminario sobre derechos indígenas realizado allí (allí ya se empezaban a vislumbrar algunas “diferencias operativas”, y alguno de nosotros decidió ir por medios propios haciéndose cargo de los gastos, también).
Y seguimos estando, aún con las diferencias, seguimos estando. Ya sin la cotidianidad de algún tiempo, pero estábamos ahí. Tanto que en el primer empadronamiento de Pueblo Jaguar, solicitado por el INAI, muchos de nosotros y nuestras familias estaban ahí. Como estuvimos cuando nos contaba sobre quienes fueron las personas específicas que inspiraron alguno de sus poemas –parientes de algunos de nosotros, precisamente, o amigo de la familia, o alguien que era parte de nuestra cotidianidad del barrio, de la costa…-. Estábamos ahí cuando para organizar sus ideas proponía distribuir roles: investigación bibliográfica, investigación arqueológica, artesanías, música, lengua….
Hasta 2004 estuvimos muy en contacto. Tanto que vino al Fogón del 11 de octubre en donde hoy es la Escuela Popular Charrúa Etriek e insistió en la idea de un circuito temático y proponía que allí fuese “el patio del charrúa” en el que estar contacto con diversas expresiones culturales de la comunidad.
Luego si. Desde 2005 ya no estábamos tan cerca. Todo empezó a tener formalidades en las que ya no encajamos. Seguramente la posibilidad del acceso a algún beneficio requería la claridad de quienes tendrían prioridad y/o merecimiento de él, hizo que ya no estuviéramos ahí, por aquello de que ya no encajábamos.
Pero me parece que es algo que debería saberse, también. Nosotros –y no éramos muchos-, estábamos ahí cuando se empezaron a dilucidar algunas cosas que hoy tienen mucha circulación y es conocimiento que está más accesible, pero que en aquel entonces todo era solo un muy tímido comienzo –del que formamos parte-. El nosotros al que refiero es a quienes hoy -desde hace diez años-, formamos parte de la Escuela Popular Charrua Etriek”
tuvimos un encuentro que por nuestro blog comunicamos y estuvimos pensando en encontrarnos para compartir experiencia y ahondar mas en este tema de la identidad charrúa pero parece que otras cosas los los mueve:
http://lavozdelbarrio-alternativa.blogspot.com.ar/2011/12/encuentro-charruawmv.html
http://lavozdelbarrio-alternativa.blogspot.com.ar/2011/12/encuentro-charruawmv.html
Leyendo la nota de esta señora, además de encontrar en su relato muchas mentiras atrevimientos que se toma al manifestar apreciaciones respecto de lo que somos o no para ella, me surge comentar algo. Cuando ella dice que nosotros somo una escuela alternativa aunque su "pero" denota negatividad, debo decir que si, intentamos ser una alternativa para muchos chicos que por su cosmovisión o manera de vivir la vida,con valores diferentes, el sistema los expulsa de las escuelas, pasando a ser esto algo positivo que nos hace mover día a día y recrea nuestra comunidad de la cual muchos formamos parte. No me gustó para nada que hable desde el desconocimiento con total impunidad, la invito a visitarnos y así sabremos quien es quien. Mi nombre Andrea Viviana Barreto. Comunidad Charrúa Etriek.
Como autor de la nota y responsable de este blog me veo en la obligación de hacer algunas apreciaciones:
Primero que nada, no me interesa defender a nadie ya que todos, como ciudadanos de un sistema democrático, somos responsables de lo que decimos y tenemos el pleno derecho, con rango constitucional, de decirlo con total libertad. Además, Victoria Villalba es una persona que se sabe defender sola y muy bien.
Segundo, Victoria fue consultada y vertió sus opiniones, a título personal. Nunca se hizo referencia de que representara a nadie más que ella misma.
Como observador de esta disputa no deseada, lamento la poca receptividad a la crítica que se demuestran en algunos comentarios. En algunos casos se llega directamente a la agresión, tratándola directamente de “mentirosa”. En todo caso, se puede estar en desacuerdo con las opiniones vertidas y así comunicarlo. Pero agredir gratuitamente por no estar de acuerdo, me parece una actitud reaccionaria, que no es digna de miembros de una nación tan noble como la Charrúa.
Esta es solo la opinión de un ciudadano común, sin ser un experto ni mucho menos, solo un interesado en los temas de los pueblos originarios: Tengan por seguro que el enemigo no está entre ustedes.
Esto no invalida que se hagan todas la aclaraciones que crean necesarias.
Les dejo una saludo!
Considero que vos consideras a decir que una actividad no se hace “con franqueza” una opinión, bien merece la misma consideración le decir “mentirosa”. Pues si yo leí bien, ella dice claramente “no lo hacen con franqueza”, no dice “para mi” o en mi opinión”. ¿Que sería eso? ¿Qué diferencia hay en decir “son unos mentirosos”? ¿o es una cuestión de eufemismos no más? No pretendo defender a Andrea, que como Victoria, no lo necesita, simplemente expreso mi opinión. Con respecto a la Escuela Popular Charrúa Etriek, de la que Héctor, Andrea y yo formamos parte, según ví, la charla que está en you tube de Victoria es de octubre de 2013 y ahí ella ya hace referencia a nosotros y vos peguntas por nosotros en la entrevista por dichos anteriores de Victoria –los de la entrevista en concordancia con los de you tube-; o sea, ya sabías su “opinión” –como ella nos considera en realidad-, y tuviste tiempo y medios para enterarte de nosotros. Igual, eso es una cuestión de cómo hace las cosas que yo no te voy a decir como debes hacerla, solo que algo puede llegar a decir. Última; por ahora, conozco a Andrea, y no conozco a nadie que tenga autoridad para decirle qué es digno del ser charrúa. Repito a invitación a conocernos, a quien sea, y a mostrar las cosas verdaderamente con franqueza –precisamente, por no dejar de ser absolutamente francos se produjo nuestro alejamiento de Pueblo Jaguar –que por aquel entonces Victoria ni cerca estaba-. Puedo seguir profundizando si dan las circunstancias. Tenemos más que fundamentos y, a franqueza, como comenté por ahí, nadie nos la va a ganar, no por nada somos Charrúa Etriek.
Además, Felipe, Andrea no acusa a Victoria de "mentirosa", dice "en su relato hay mentiras y atrevimientos". No es lo mismo. Así, menos diferencia hay con las consideraciones que hace victoria de nosotros -lo de ella, nosotros sí, lo vivimos como acusatorio, pero bueno es su opinión no más, siguiendo tu planteo-. Ahora ¿por que lo de Andrea sería una acusación -más cuando se refiere a su relato y no a su persona, e más, dice "en su relato hay ..." y no dice "su relato es mentiroso"?
Estimado Javier: Si crees que yo tengo alguna intencionalidad, y que realicé la pregunta buscando una respuesta maliciosa, me parece que ya estamos entrando en un terreno casi de paranoia… Con todo respeto, yo me enteré por Victoria que su escuela existe (pido disculpas por mi ignorancia). En el video, Victoria, solo hace referencia al artista y no a la escuela. Yo no conocía, de ante mano, la opinión que Victoria tiene sobre la escuela. Me parece ridículo tener que dar estas explicaciones a gente que no conozco, que no me conoce, pero pone en tela de juicio mi buena voluntad en todo esto...
Sostengo lo dicho en mi comentario anterior. Me encantaría conocer personalmente la escuela y a ustedes. Como te dije en privado, yo no gano un solo peso por estas notas, por lo que no se me hace fácil realizar el viaje, pero prometo realizar el esfuerzo de llegar en un futuro cercano. Para mi será un gusto, un placer y honor.
Solo cierro diciendo y reafirmando que las reacciones han sido un tanto desproporcionadas. Te invito a que leas nuevamente, a conciencia, los mensajes anteriores. No me interesa que me den la razón, solo que lo evalúen ustedes…
Insisto que lo mejor será apersonarme en la escuela para poder hablar poniendo la cara.
Saludos!!!
Yo no creo que haya habido mala intención de tu parte. En tu pregunta vos le preguntas por la Escuela Charrúa Etriek. En el video -de octubre-, ella nos nombra, miralo de nuevo. Es solo eso. Y no creo que nuestra reacción sea desproporcionada, mas han sido mas que medidas de diré -hay antecedentes que desconocés y que nosotros siempre nos cuidamos de hacerlos públicos por evitar discordias que no ayudan-. Desmedida -a mi entender-, fueron tus consideraciones en el comentario anterior a este último, diciendo que alguno de nosotros dijo cosas que no dijo, de agredir gratuitamente, de actitud reaccionaria y de no ser dignos miembro de una nación tan noble como la charrúa -deducción que surge de que nos consideres portadores de esa actitud de la que nos acusas-. Estas invitado a venir cuando quieras (hay también material nuestro en el blog y la página de facebook para hacerse una idea, pero estas invitado cuando quieras a venir personalmente a charlas largo y tendido). No hay actitudes desproporcionadas, hay mucho, mucho, mucho dolor e indignación. Y vuelvo a insistir, a franqueza nadie nos va a ganar.
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