Si sos de los que creen (o repiten como lorito; para el
caso, es lo mismo) la frase que le da titulo a estas líneas, te recomiendo que
no las leas.
Es altamente preocupante el grado de proliferación que está
teniendo, en este último tiempo, el nefasto, tilingo y fascistoide discurso anti política. Preocupante, principalmente, porque a 29 años de recuperada la democracia, es
deseable pensar que hemos evolucionado, en mayor o menor medida, como sociedad.
Lo que está ocurriendo no es un estancamiento en ese sentido, sino algo peor:
involucionamos.
Desde la fría etimología podemos decir que la utilización
del término ganó popularidad en el siglo V a.c., cuando Aristóteles
desarrolló su obra titulada justamente “Política”.
El término proviene de la palabra griega polis, cuyo
significado hace alusión a las ciudades griegas. La política es una actividad orientada a la toma de decisiones de un
grupo para alcanzar ciertos objetivos.
A pesar de que escribir esto me deja la sensación de que nos
atrasa el almanaque por lo menos 30 años, repasemos algo: La política es una herramienta con la que
los ciudadanos contamos para intentar cambiar una realidad, no deseable o
mejorable. Como toda herramienta, se puede usar mal, o usar bien. Recurriendo a
un ejemplo ya utilizado en esta columna, reitero: un martillo nos puede ser muy
útil a la hora de clavar un clavo; pero un martillazo en el cráneo pude hacer
mucho daño. En definitiva, las herramientas en si mismas, no son ni buenas ni
malas, todo depende del uso que le damos.
También es importante destacar que, aunque no demos acuse de
recibo, casi todas las actividades de la vida, sobre todo en los sistemas
democráticos, están impregnadas de política.
Todos tenemos una política
familiar, una política laboral, una política económica particular, etc.
¿Quién no ha escuchado la famosa frase “política
de la empresa”, ante alguna gestión que hemos realizado? Si, hasta las empresas
del sector privado practican políticas.
Claro que, el verdadero miedo, el verdadero cuco que agitan
desde algunos sectores del poder, y que muchos reproducen por variados motivos,
es el de la política+ideología... y
en las escuelas¡¡¡ Buuuuu¡¡¡ Entonces el tilingaje de todo calibre, con la
misma convicción con que repetían, en época de dictadura, “algo habrán hecho”,
ahora se espantan ante la posibilidad de que a los chicos se les active la
conciencia; que dejen de ser esas plastilinas moldeables a la medida del
sistema capitalista o, caso contario, desechables.
Pero si solo se tratara del tilingaje burgués o aburguesado
(aunque se parecen, no son lo mismo), que de lo más emocionante de lo que gusta
participar es de putear en el muro de Facebook o dejar mensajes anónimos en algún
medio de comunicación, no sería nada. Cuando periodistas, dirigentes
partidarios e intelectuales reaccionan con el estupor de una niña virgen violada,
la cosa se torna mas grave.
A riesgo de ser criticado por autorreferencial, voy a contar
mi experiencia personal, con la intención de dejar en claro que el testimonio
es de primera mano:
Corría el año 1984/1985 y yo promediaba mis estudios en la
escuela secundaria. Con un grupo de compañeros, dos de ellos amigos personales
míos, no encomendamos a la tarea de formar el primer Centro de Estudiantes de
la Escuela, en este nuevo proceso democrático. No olvido nunca el entusiasmo
que nos invadía con cada idea, cada acción que planeábamos.
Fue en ese marco que recibimos la invitación (hoy se le dice
“cooptación”, porque es una palabra que mete mas miedo) de la Juventud Radical
de aquel entonces, para que nos acercáramos al comité, con la promesa de darnos
una mano. Así lo hicimos, y en verdad recibimos mucha ayuda e ideas ya que, en el
centenario partido a nivel nacional, se había empezado a lanzar “FRANJA MORADA
SECUNDARIOS”. De hecho, nuestra lista para las elecciones de la escuela se
llamó “LISTA MORADA”, lo cual produjo cierto revuelo y algunos encontronazos
con las autoridades de la institución. Por aquel entonces el miedo era justificado,
ya que hacía solo dos años habíamos salido de uno de los períodos más
tenebrosos de nuestra historia como país. Desde la oposición no salieron a
rasgarse las vestiduras por el “lavado de cerebros” que estaban sufriendo los
alumnos; pusieron manos a la obra y, tanto el Peronismo como el Socialismo,
presentaron su propia lista. Fue en ese
período en que llené mi curto de afiches con la cara de Raúl Alfonsín,
participé de un encuentro de estudiantes secundarios radicales en Concepción
del Uruguay y leí, por primera vez, el libro NUNCA MÁS… (Hoy, a todo esto, se
le dice “adoctrinamiento”, porque es una palabra que mete mas miedo) Yo contaba
con 16 años de edad…
Pasó el tiempo, el entusiasmo (tanto nuestro como del
partido hacia los jóvenes) se desvaneció, y la dura derrota del Radicalismo de
1987, diluyó aquella increíble efervescencia de participación en la que, tanto
nosotros como la oposición, nos sentíamos protagonistas. Mi evolución, con el
paso de los años, hizo que este partido y mi inclinación ideológica llegaran a
tener caminos casi opuestos. Lo confirmo hoy, cuando leo y escucho a encumbrados
dirigente despotricando en contra del “adoctrinamiento” en la escuelas y
reuniéndose con, nada más ni nada menos que, Mauricio Macri (¿?). Reproduciendo un discurso berreta
y anti político que, en épocas de Alfonsín, ellos mismos combatieron. Se
olvidaron, o no se quieren acordar, que el “NUNCA MÁS” también era para el “NO
TE METAS”.
No desconozco que estos 30 años de democracia nos han
llevado de decepción en decepción hacia nuestra dirigencia política. Pero
tampoco debemos olvidar que nuestra dirigencia no nace de los repollos, ni
desciende los OVNIS. Nuestra dirigencia surge de entre nosotros, de esta
sociedad; así que, mal que nos pese, es un reflejo de lo que somos.
Por ultimo, quiero dejar en claro que esto no es un intento
de justificar a la agrupación “La Cámpora” y su poco claro accionar, que cuenta
con medios mas que suficientes para defenderse por si sola. Es un llamado de
atención a la insistente estigmatización a la que es sometida, y por carácter transitivo
a toda la militancia política en general, desde algunos sectores del poder
económico, sus medios de comunicación y los repetidores autómatas. No son
santos de mi devoción, pero leer y escuchar a ignotos opinólogos del stabishmen comparando al oficialismo y sus
agrupaciones militantes con el Nazismo me subleva, porque insultan mi poca
inteligencia. Nunca escuché ni leí a estos mismos eruditos del libre mercado,
hablar del adoctrinamiento neoliberal que recibimos, y se sigue recibiendo, en
nuestras escuelas, solo por dar un ejemplo de lo que no hablan ni escriben.
Al poder, el verdadero
poder que es el económico, le interesa la no participación, la obediencia, la ideología
desideologizante, que el Estado funcione como una empresa privada que solo debe
lucrar y favorecer a los de siempre (ellos), las escuelas generadoras de zombis.
Así surgen iniciativas como la de un 0800 para denunciar a los que se salen de
la manga, o como lo dijera el tristemente celebre contralmirante Julio Juan
Bardi, cuando era ministro de Bienestar Social de la dictadura: “El exceso de
pensamiento, en el ambiente estudiantil, lleva a estas desviaciones…”. Nunca se había
hecho tan evidente el perfil ideológico de un sector político, pero no debe
sorprender a nadie.
Yo quiero, aspiro, anhelo
más política, más participación, más ideologías. La ecología, el humanismo, la
educación, la salud, el trabajo, la cultura, son solo algunas de los ítems
donde hay mucho, o casi todo, por decir y hacer. Cualquier acción en ese
sentido será política. Está en
nosotros seguir puteando a todo y todos en Facebook o en mensajes anónimos a
los medios, o meter los pies en el barro de la historia para que no se caiga el
porvenir.
No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.
No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha elpecho diciendo que odia la política.
No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."
Bertolt Brecht
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