1) La respuesta tiene muchas variables pero la
fundamental no es médica sino sociológica. Sale hilo al respecto. Un poco largo
pero no queda otra...
2) Vale escuchar a los ministros Quiroz y Ginés
para tratar de comprender el razonamiento detrás de las medidas más allá de la
grieta. Al hacerlo se encuentra una lógica común a ambos, que constituye una
presunción errada sobre el comportamiento social. Veámoslo
3) El razonamiento es el siguiente: la gente no
se banca más la cuarentena y la incumple igual. Por lo tanto, lo que debemos
hacer para contener la ola de contagios es autorizar lo que de hecho ya se hace
pero solicitando que se cuide y apelando a la "responsabilidad ciudadana"
4) La premisa no es del todo incorrecta. La
vuelta a fase 1 en julio demostró (siguiendo la curva de contagios) que efectivamente muchos no la cumplieron y que insistir por el camino de la prohibición
no permitiría resultados positivos sin una inviable e inadmisible represión
5) Pero sin querer ponerme muy técnico,
podríamos decir que lo que suponen los médicos sobre el comportamiento social en
pandemia es lo que Weber llama "acción racional con arreglo a fines":
q calculan que el riesgo de contagiarse es preferible al de quedarse sin otras
actividades
6) Aunque eso podría sonar plausible (no
sensato) para quien necesita trabajar porque podría verse sometido al hambre o
a la pérdida de bienes, en modo alguno explica el caso de quien sale a tomar
una birra, hace el asadito con los amigos o visita a la tía, foco de los
contagios
7) El problema de fondo no es ese sino que la
población en una catástrofe NO actúa según esa racionalidad ajustada a fines
sino que se ve atravesada por acciones afectivas (tercer tipo en Weber)
vinculadas a mecanismos de defensa psíquica como la negación y la proyección
8) Antes de iniciar la cuarentena, escribí esto
en Pagina12 donde advertía que el principal desafío para las ciencias sociales
en pandemia era cómo enfrentar la negación y la proyección
9) Pero iniciado septiembre (6 meses después!)
seguimos pensando que los médicos pueden pronosticar comportamientos sociales y
decidir las acciones políticas a partir de ello (como si nos hubiesen encargado
a los sociólogos tratar de elaborar la vacuna)
10) Al cambiar la hipótesis de explicación del
comportamiento, podemos entonces aventurar por qué lo que se hace sale mal.
Para alguien en estado de negación, decirle que vamos mejor, q abrimos
actividades y q no habrá colapso es el mejor modo de lograr que ratifiquen la
negación
11) Y aquí retomo la pregunta que me hacen
muchos: ¿por qué un especialista en el estudio de los genocidios y otras
violencias estatales masivas y no en salud o epidemiología tiene algo para
decir en una pandemia?
12) Porque después de 30 años de estudiar las
respuestas ante la catástrofe, lo más regular que se puede encontrar es
precisamente que la acción humana en esos casos tiende a la negación y a la
proyección. Nadie quiere aceptar la posibilidad de su muerte o la de sus seres
queridos
13) Eso explica también el odio en las
respuestas anticuarentena. Por ejemplo: en casos en que sobrevivientes del
genocidio nazi lograron escapar de la deportación fueron golpeados y acusados
de mentirosos en los pueblos donde intentaban contar lo q sabían o habían vivido
14) Es desgarrador leer los testimonios pero con
una mirada más humana resulta comprensible: ¿quién podía aceptar que el destino
de toda su aldea sería ser deportado y aniquilado en cámaras de gas? El enojo y
el terror se proyectaban en el emisario porque la verdad era inaceptable
15) Del mismo modo podemos entender cómo fue que
en nuestro país, en 1978, muchos argentinos respondieran a las denuncias de
desapariciones forzadas sumándose a la propaganda oficial que las catalogaba
como "campaña anti argentina" y "mentiras internacionales"
16) Los dirigentes políticos se encuentran
así en un dilema: deben decirle a la población lo que no quiere escuchar y se
arriesgan a ser el foco de odio y proyección, con lo que implica en pérdida de
imagen y votos, ya que puede tener su costo político
17) Psicópatas como Trump o Bolsonaro
directamente se transforman en la fuente del proceso de negación ("es una
mentira demócrata", "es una gripecinha", entre otros tantos
delirios)
18) Aquí los intensivistas nos gritan (como los
sobrevivientes) q ya no pueden más, que no tienen cómo contener el nivel de
casos diarios, pero les responden con el R de 1,0x, con la creencia mágica en que "ya llega el pico" o con la desesperanza de que "no podemos
hacer otra cosa"
19) Nada aporta suponer mala intención. No creo q
nadie quiera que mueran argentinos. No sirve echarle la culpa a un político, al
otro o a la población. Simplemente no estamos comprendiendo lo que pasa, cuanto
menos a nivel de los comportamientos sociales
20) ¿Por qué bajó el pico en Italia o España? R.
Etchenique lo identificó con precisión: por la "inmunidad de cagazo".
El miedo de la gente pudo vencer al mecanismo de negación. Pero eso tampoco es
permanente ni automático y los rebrotes lo demuestran. La negación es
persistente
21) Y una forma de negación actual es pensar
"tranquis, como en España bajó pero tienen un x% de infectados debe ser
que el x% es la inmunidad de rebaño, apenas lleguemos a ese número va a
bajar". Pero ni aquí ni allí funciona así...
22) Les pido q vean los mensajes oficiales y los
medios en esos países en ese tiempo. Alcaldes gritándole a la población que ya
no sabían qué más hacer y que si no se quedaban de una buena vez en sus casas
perderían a sus seres queridos
23) Contrasten eso con los mensajes oficiales
argentinos: "estamos bien, la situación está controlada, ya pasamos lo
peor, la semana q viene baja, el sistema de salud va a resistir, no habrá
colapso, esto nos permite dar un nuevo paso", ratificaciones de los
sistemas de negación
24) Agregar "no dejemos de cuidarnos"
produce cero efecto ante lo previo. Esa parte ya no se escucha. Quienes saben
nos informan q las cosas están mejor y abren actividades, por lo tanto incluso
quienes no sucumbían a la negación lo hacen: "el intensivista debe ser un
exagerado"
25) No estoy llamando a reproducir los gritos
españoles e italianos, pero sí a comprender que nuestros principales enemigos
son la negación y la proyección, como en toda catástrofe. Y que eso no se
resuelve ni con camas ni con respiradores
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